¿CARETAS toledista? Es la última versión de una recurrente y majadera campaña que a través de las décadas, y cambiando actores e instigadores, han hecho diversos interesados contra esta revista.
CARETAS toledista
¿CARETAS toledista? Es la última versión de una recurrente y majadera campaña que a través de las décadas, y cambiando actores e instigadores, han hecho diversos interesados contra esta revista.
En una época dijeron que el primer ministro Manuel Ulloa Elías era el verdadero dueño de CARETAS. En otra, que Alan García había expropiado las neuronas de esta publicación. Ahora el mismo tipo de gente afirma que nos ha venido un folclórico cariño por el Cholo.
La verdad es que, guardando distancias y circunstancias, todas estas acusaciones que cuestionan la independencia de nuestra línea editorial se originan por las mismas razones.
En nuestro país se tiende a endiosar a los hombres públicos cuando toman el poder y a lincharlos cuando están de salida.
Nosotros tratamos de evitar ambos vicios. Al principio buscamos bajarles el moño y después, cuando están en el suelo, intentamos evaluar sus méritos y defectos.
Es un ejercicio de equilibrio periodístico que, por cierto, a veces va contra la corriente. No es apreciado, además, por quienes tienen una concepción antropofágica de la política y sobre todo por aquellos que impulsan una agenda política rival y lapidaria.
Pero en CARETAS no jugamos a la política y, más bien, premunidos de una coraza de humor, evaluamos los disfuerzos irracionales que ésta a veces desata.
En el fondo, y entre sonrisas, tomamos muy en serio el variopinto y frustrante tráfago de nuestra vida nacional, y por eso, cuando nos cae, nos cae más en serio también. Desde clausuras hasta deportaciones ha sufrido este medio, y un número récord de juicios -todos ellos, eso sí, ganados hasta la fecha.
Alejandro Toledo está corriendo una suerte parecida a la de sus antecesores democráticos, sólo que, dada su impericia y su contradictorio carácter, el desgaste es más veloz y radical.
Pero ¿es el clima de la opinión pública un fiel reflejo de la realidad? ¿Las encuestas miden todos los ingredientes del quehacer público? Y ¿no hay acaso pescadores en este río revuelto?
Bolívar dijo, como tantas veces ha recordado CARETAS, que nuestro país muestra una lamentable tendencia a humillarse en las cadenas y enardecerse en el tumulto.
Estas taras siguen vigentes en nuestra vida política. Cuántos personajes hay que, habiendo bajado la cabeza ante el autogolpe y el fujimorato, ahora resultan siendo los más severos y feroces Torquemadas.
Entre ellos están los que nos llaman "toledistas", para encajarnos un sambenito neutralizador, mientras cultivan sus propias ambiciones.
Esto, inevitablemente, nos hace reír más que nunca. Pero, ojo, como decía Karamanduka entre carcajadas, cuando se trata de tirar trompadas, también tenemos disposición.
