El Rey, en primera persona
El Rey, en primera persona
Octubre 01 de 2004
Caption: Una de las fortalezas de la película El Rey es que fue rodada en varios escenarios internacionales como el centro de Nueva York. Antonio Dorado, su director, afirma que sólo por su terquedad logró terminarla.
Fotomontaje departamento Gràfico/ foto especial para El Pais
Antonio Dorado, el director de la película que narra la historia del narcotráfico, describe cómo fue el proceso de producción del filme que tuvo como escenarios Cali, Nueva York, París y Madrid.
Por Antonio Dorado Zúñiga. Especial para EL Pais
Yo quería hacer un documental sobre los orígenes del narcotráfico y sus primeros capos, pero ya estaba cansado de hacer entrevistas, así que poco a poco deserté, quizás porque en el fondo deseaba emprender el sueño de vida que tiene todo director: rodar un largometraje.
Busqué la suerte en la escritura de un guión que se apoyaba en la historia de un personaje, y conté con la fortuna de ganar la convocatoria de la Dirección Cinematográfica, que prácticamente me daba la oportunidad de ser director de cine.
Sin embargo, el dinero era insuficiente y el premio se volvió un castigo. No sólo debía ser director sino que tendría que convertirme en guionista y productor. Todo el trabajo debía hacerlo en las noches, los fines de semana y las vacaciones, sacrificando el tiempo que todavía le debo a mi esposa y mis hijos.
Fue un periodo difícil, donde la terquedad por hacer una película decorosa me permitió encontrar una luz en el camino.
Luego aparecería la invitación al Festival de Huelva, la amistad con la familia Lesoeur, el apoyo del Fond Sud Cinema francés, el respaldo de la Universidad del Valle, del Parque de Industria Cultural, el encuentro con la produtora Alina Hleap, la Industria de Licores del Valle, el contacto con CTP en España y el hallazgo de mis propios hermanos como cómplices de la historia.
Un problema central siempre fue el guión. El Rey era mi ópera prima, había sido un proyecto ambicioso que empezaba en la década del 30 recordando los orígenes de la llamada violencia política en Colombia y terminaba en los años 70. Me costó mucho esfuerzo entender que debía simplificar el periodo histórico, hasta que decidí centrarlo a partir de mediados del 70, época en la cual me podía situar de un modo más sincero, pues por ese tiempo mi familia vino a vivir a Cali, al barrio San Nicolás, un barrio popular que es donde se origina la película.
Algunos de los personajes y situaciones en las que tercia el filme hacen parte de las anécdotas que viví, me imaginé o me contaron. El guión empezó a cohesionarse, escuché muchos consejos, quizás demasiados, pero volví a mi lugar de montajista y los edité de la manera que me parecían más verosímiles.
El rodaje fue muy difícil, los días se me cruzaban con las noches. El sueño de terminar bien la película siempre estaba amenazado por terribles pesadillas reales que debía enfrentar día a día.
Había imaginado que la calma llegaba cuando terminara el rodaje, pero se acabó la filmación en Colombia y a los pocos días estaba ansioso por pre-editar y no hubo tregua porque unas semanas después continúe en Nueva York, París y Madrid, en un proceso de búsqueda que me permitiera encontrar el punto ideal para montar la historia de la mejor manera posible.
Hoy, a partir de las 11:00 p.m., en Marraquesh (antigua vía a Yumbo) tendrá lugar la gran rumba de El Rey. Mañana, a las 6:00 p.m. varios actores firmarán autógrafos en Unicentro.
Ahora que estoy en la otra orilla, veo la película terminada y siento la satisfacción de haber culminado un trabajo decoroso, en el que son evidentes todas las manos que me ayudaron. Cuando veo el filme proyectado pienso que allí, en esas secuencias, está una buena parte el discurso que quería trasmitir a mis estudiantes de Historia del Cine.
Con la película El Rey, he querido plantear una búsqueda expresiva que posibilite mirarnos críticamente, mediante una propuesta estilística propia.
Necesitamos romper con la tradición hollywoodense, que nos representa a los colombianos y en general a los latinos, como ‘el otro’ (no blanco), el ser inferior que actúa brutal o ingenuamente (en el mejor de los casos), sin considerar su enorme complejidad, en el contexto ideológico, político y social.
La satisfacción mayor la he sentido al término de las proyecciones, al ver los gestos de entusiasmo y alegría en los actores y amigos del equipo técnico y de producción.
Creo que el esfuerzo y la perseverancia han valido la pena. He recibido ayuda de muchos familiares, amigos, estudiantes y empresas, y no solo en Colombia sino en Francia, España y Estados Unidos.
Sólo espero que quienes observen la película El Rey, la disfruten y la gocen, porque allí se revela todo el esfuerzo creativo de un colectivo que se unió porque creía en una ilusión.
Concurso
¿Quiere cenar mañana a las 7:30 p.m. en el restaurante Taisu con varios actores de El Rey? Si envía un fax al 6857070 con una copia del título que encabeza este artículo, acompañado de sus datos personales, teléfono y número de cédula, podrá lograrlo. Se reciben faxes hasta las 10:00 a.m. Serán sólo dos ganadores.
